martes, 9 de diciembre de 2008

Cada tarde de domingo / 29-10-08

Quien lo hubiera dicho
ni el vidente más sabio
lo hubiera vaticinado.

En un encuentro premeditado
dos pasiones se encontraron
y el fuego se dejo fluir

Sin nada más que decir
las caricias y los besos
de los cuerpos se apoderaron

Ya han esperados años
para que vean la luz sus sueños aprisionados
y no pueden creer aún lo que sienten.

Y nos encontramos cada tarde
para jugar que nos amamos
para pensar en nuestro pasado.

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